Lo vivido el día de hoy es algo que ni en mis peores pesadillas pasaría, pasé de la comodidad del anonimato a guerrera, después a la más odiada criminal y, repentinamente, soy la única esperanza del mundo.

Tengo un mal presentimiento, la muerte me ronda y está al acecho, antes de caer en el sueño eterno, lo vivido hoy es digno de documentarse.

Fui parte de la diligencia enviada para el Conclave que se llevaría a cabo en el Templo de las cenizas, esta absurda guerra entre magos y templarios ya ha cobrado suficientes víctimas, muchos magos inocentes han muerto ya, amigos que no tenían nada que ver en esta guerra y solo buscaban escapar a un lugar seguro. Los templarios no tienen piedad de nadie que pueda manipular magia.

En fin, es todo lo que recuerdo, desperté en una celda y una mujer, Cassandra, me cuestionó sobre lo sucedido en el Conclave, parecía bastante molesta, no me llevo bien con gente como ella, "Buscadores" de la Capilla, piensan que tienen razón todo el tiempo y justifican sus actos en nombre de la Divina y el Hacedor, para mi gusto, es solo una forma de eludir la responsabilidad de sus actos, ni el Hacedor o la Divina son quienes blanden la espada, sino ellos.

Exigí que me liberara pero parece que algo muy grave sucedió en el Conclave, y en mi brazo, una marca, quemaba mi mano y se iba expandiendo, no hubo tiempo para explicaciones, la mano izquierda de la Divina intercedió por mi y fui liberada con la premisa de ver lo sucedido por mis propios ojos. Nada me había preparada para lo que vi, una gran fisura en el cielo, una brecha entre nuestro mundo y el "Velo", resultado de la explosión del Conclave y la muerte de TODOS los asistentes, excepto yo. Y como un recuerdo sínico de lo sucedido, una marca en mi brazo.

Seguí a Cassandra a través del valle congelado, sorteando demonios y sobrellevando el intenso dolor de la marca en mi brazo, no sé si atribuirlo al clima o a la situación, pero el frío calaba hasta los huesos.

En medio de una lucha con varios demonios provenientes de una versión en miniatura de la grieta en el cielo, nos encontramos con Varric, un enano con una ballesta de artesanía magistral; y Solas, un apóstata elfo; pusimos fin a la contienda y Solas tomo mi mano apuntándola a la grieta, entonces un dolor punzante recorrió mi cuerpo y la grieta comenzó a cerrarse.

No sé qué sucedió, al parecer nadie lo sabe, pero sin tiempo que perder, aún cuando el dolor en mi brazo era cada vez mayor, nos dirigimos a donde otrora estuviera el Templo de las Cenizas, lugar donde tuvo lugar el Conclave y la explosión.

En el puesto de avanzada aguardaba por nosotros la mano izquierda de la Divina, Leliana; nos informó de la situación y se desató una acalorada discusión con un miembro de la capilla, pedía mi cabeza como castigo por lo sucedido en el Conclave, aunque nadie supiera que pasó, ya me habían dado por culpable.

Sin importar nada, debíamos alcanzar al templo, un asalto frontal sería peligroso, pero la forma más rápida de llegar. Tomamos la armas y emprendimos el camino, demonios por doquier, soldados valientes luchando y cayendo para abrirnos camino, uno de ellos peleaba con maestría matando demonios y protegiendo a los demás soldados, su nombre es Cullen, pero sin tiempo para formalidades, la presentación fue breve. Otra fisura del Velo se manifestó frente a nosotros y luchamos para contener a los demonios y cerrarla, el dolor en mi brazo es cada vez peor.

Al llegar al Templo, solo pude sentir un vacio enorme, figuras calcinadas que parecían intentar escapar del gigantesco cráter, y en el centro, la grieta del cielo. La vista era imponente, después de una pequeña reunión táctica con quienes ahora parecían ser aliados, dado que teóricamente mi mano puede cerrar las fisuras, y digo teóricamente porque solo lo intentamos un par de veces y eran mil veces más pequeñas, puede que fuese suerte o coincidencia, pero no tenía el lujo de poder elegir.

Solas aconsejó alterar la brecha y proseguir a cerrarla utilizando mi extrañamente adquirida nueva habilidad, vale la pena intentarlo si eso logra sacarme de aquí y alejarme de esta locura; pero, al acercarnos, una visión, voces e ilusiones, no sabría como describir lo que sucedió, la Divina apareció en una especie de recuerdo, estaba siendo atacada por algo o alguien, parecía una especie de ritual, de repente escuché mi voz, lo que corroboró mi presencia en el momento del estallido, no recuerdo que hacía en ese momento en ese lugar, cuando pensé que esa visión me mostraría lo que no recuerdo, otro estallido y el caos.

Un enorme demonio salió de la fisura, sin más explicaciones ataque, no me importó que fuera, quería salir de ahí lo más rápido posible y si esa cosa debía morir para cumplir mi meta, que así sea.

La batalla fue intensa pero el demonio cayó, como por instinto levante mi brazo en dirección a la fisura y comenzó a cerrarse; el dolor, maldición el dolor fue insoportable, y después una luz seguida de oscuridad.

Soy una arcanista, poderosa y orgullosa como todos me conocen, sin complicaciones y sin remordimientos, pero al parecer es momento de cambiar, no se a donde me lleve esta nueva senda, pero la recorreré sin mirar atrás, sin arrepentirme de mis actos ni mis decisiones.

Será mejor que me dirija a la capilla del refugio, Cassandra ha solicitado mi presencia de inmediato, espero poder irme de aquí pronto, alejarme de esto y olvidar lo sucedido, con todos los asistentes al Conclave muertos, no me quedan aliados o amigos en esta tierra.

Notas del autor: Pequeño fragmento de una novela que se encuentra en redacción y está basada en el recién lanzado juego de EA, Dragon Age Inquisition. Conforme progrese en el juego iré añadiendo relatos, espero disfruten su lectura y agradeceré mucho sus comentarios sobre esta mini novela en su red social preferida: Facebook | Google + | Twitter.